Orgullo por tu trabajo
El diseño gráfico es un área que ha sufrido muchos altibajos en muy poco tiempo. Lo cierto es que se popularizó de la mano de la tecnología como uno de los oficios más creativos y cada vez ha ido expandiéndose más. Sin embargo, la llegada de la inteligencia artificial siembra el terror en muchos diseñadores gráficos y se predice el final de una de las profesiones con uno de los mayores índices de crecimiento de la última década.
Desde mi punto de vista, creo que todo trabajo creativo es personal e intransferible y que, mientras uno esté contento con su propio trabajo, no le tiene que tener miedo a nada. Es más, el diseño gráfico es una de las profesiones (o aficiones) que más se beneficia de la evolución del a tecnología. Dicho esto, me gustaría que comprendieses mejor mi punto de vista, que supieseis un poco sobre mí por si os interesa.
Un ingeniero con ambiciones
Mi nombre es Alfonso López y me dedico al diseño gráfico desde hace casi cinco años. Estudié Ingeniería de Diseño en la Universidad de Zaragoza, lo que llamaban el “recorta, pinta y colorea” de las ingenierías. Lo cierto es que es probable que fuese de las más sencillas o simplemente me cautivó desde el principio y me resultó más fácil de lo que debería.
Algunos de mis compañeros defendían que era igual de difícil que cualquier otra ingeniería y otros terminaron los estudios pensando que quizá no habían aprendido mucho durante la universidad. Yo creo que cada uno aprende lo que está dispuesto a aprender y mi experiencia universitaria fue muy fructífera.
Cuando terminé la carrera decidí estudiar un master centrado en el diseño comercial mientras comenzaba mi experiencia laboral como becario en la multinacional sueca IKEA. No fue uno de mis mejores años, pero sin duda me sirvió para aclarar muchas dudas y comprender lo que era el mundo laboral.
Después de algunas experiencias similares a las de IKEA en las que no desempeñaba unas tareas que me satisficiesen demasiado y donde los sueldos me parecían muy precarios, decidí hacerme autónomo y abrir una agencia de marketing digital. Sin lugar a dudas, estos años como profesional freelancer me han servido para aprender y para ir formándome como diseñador gráfico, aunque cada vez me vaya especializando más en una de sus facetas.